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El asesinato de Fernando Báez: El crimen que destrozó la vida de 8 universitarios

Published

2 months ago

February 7, 2023

A cadena perpetua fueron condenados cinco de ocho exjugadores de rugby argentinos acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 en la ciudad de Villa Gesell, Argentina.

Cinco de los ocho exjugadores (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi) fueron condenados a prisión perpetua por este crimen.

Mientras que los otros tres (Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi) fueron acusados de ser partícipes secundarios del hecho y recibieron una pena de 15 años de cárcel.

Los condenados, son jóvenes entre los 21 y 23 años, están en prisión preventiva desde 2020, acusados de «homicidio agravado”.

Los abogados de la familia Báez Sosa informaron que apelarán el fallo contra los tres jóvenes considerados partícipes secundarios, para pedir que todos sean condenados de por vida.

La víctima era un joven estudiante de derecho, que murió en la madrugada de 18 de enero de 2020 a la salida de un local bailable de la ciudad balnearia de Villa Gesell, ubicada a 380 km de Buenos Aires.

Báez Sosa, murió como consecuencia del ataque a golpes de puño y patadas que recibió por parte de una banda de varios jugadores de rugby, reseñaron en su momentos los medios argentinos.

De acuerdo con la autopsia, el joven murió de un traumatismo de cráneo. “Mucha golpiza le dieron”, dijo la mamá de la víctima, Graciela Sosa.

Imagen tomada/ CNN en Español

La historia de los hechos

Según medios argentinos, se conoció que la pelea habría iniciado en el interior de un local de baile en Villa Gesel, del que fueron sacados los atacantes por la seguridad del establecimiento.

Se conoció que ya fuera del lugar, Báez Sosa habría dado por terminado el incidente, pero 15 minutos después, el grupo atacó al joven a patadas y puños, dejándolo gravemente herido.

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Medios locales, citados por la agencia Reuters, informaron que los agresores se unieron para atacar a Báez a pesar de que estaba gravemente herido en el suelo.

La mamá del occiso Graciela, dijo a CNN que se enteró de los hechos a través de una llamada telefónica en la que le informaron que su hijo fue llevado en una ambulancia al hospital.

«Pensaba que iba a cuidarlo, pero no. No fue así. Fue el día más terrible de mi vida, murió», dijo entre llanto en la entrevista con el medio estadounidense.

Agregó en su relato la madre de Fernando, que, “todo se nos vino abajo. Era nuestro sostén, nuestra lucha para seguir adelante”.

En principio, 11 jóvenes de entre 18 y 20 años fueron detenidos tras el crimen. En un primer momento solo dos de los imputados fueron acusados de ser los autores materiales del homicidio de Fernando Báez Sosa.

Sin embargo, el fiscal general de Dolores le confirmó a CNN que un mes después del crimen, la acusación fue ampliada a ocho detenidos.

Protestas

Ante la conmoción por el caso, el 23 de enero de 2020, miles de personas salieron a las calles de Buenos Aires a demandar justicia.

En las semanas y meses siguientes, tres de los once acusados fueron absueltos, quedando solo los ocho procesados actuales bajo la lupa de las autoridades.

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Los pedidos de justicia tras la muerte del joven desbordaron las fronteras argentinas.

Fue así, como en enero de 2020, su familia en Paraguay también se congregó ante la embajada de Argentina en el país vecino.

En ese entonces Vicente Palacios, familiar de Fernando, declaró al canal de televisión ABC que era «un chico que tenía futuro, un luchador, un estudioso».

¿Quién era Fernando?

Fernando «era un chico bueno, tenía amigos en todos los cursos», recordó Sergio González uno de los docentes del colegio católico al que asistió, Báez.

El maestro agregó que, «tuvimos la suerte de poder experimentar su felicidad. La felicidad de estar acá. La felicidad que transmitía a los demás por ser tan buen amigo de sus amigos”.

Fernando, estaba en una relación con Julieta Rossi, quien recalcó que era su compañero “de aventuras porque todo lo hacía con él».

Contó entonces, que compartían desde «cantar karaoke hasta una clase de tango, y muchos regalos».