Después del éxito de la contraofensiva ucraniana que comenzó el 6 de septiembre, la respuesta de Putin ha sido anunciar una movilización militar parcial.
Recurriendo a 300.000 reservistas y provocando, entre otras cosas, una avalancha de búsquedas en Google sobre cómo abandonar Rusia.
Aun así, la mayor amenaza del líder ruso iba dirigida contra las naciones que, como España, han apoyado a Ucrania desde el inicio del conflicto.
El presidente ruso Vladimir Putin ha dicho que, «Occidente ha ido demasiado lejos en sus agresiones a Rusia y está empeñado en hacernos un chantaje nuclear».
Agregó que, «tenemos muchas armas para responder, más modernas que las de la OTAN, y si la seguridad de Rusia peligra, emplearemos todos los medios para resolver el problema”.
El potencial armamentístico nuclear que Vladímir Putin tiene a su disposición es apabullante.
Ese potencial no es tanto por las 5.977 cabezas nucleares de las que dispone (aunque esto incluye unas 1.500 que están retiradas y destinadas a ser desmanteladas).
Estos proyectiles de largo alcance, algunos de ellos hipersónicos, podrían destruir con facilidad ciudades e incluso países.
Satán I y II
La agresiva retórica de Putin se apoya en el devastador efecto que pueden causar misiles como el denominado Satán II (o Sarmat), la gran estrella de los últimos programas armamentísticos de Rusia.
El pasado mes de abril, con la invasión de Ucrania todavía reciente, las autoridades del Kremlin anunciaron el éxito de la primera prueba de este misil que recorrió 6.000 kilómetros en su lanzamiento.
Este misil balístico intercontinental pesado cuenta con potencial de acarrear ojivas nucleares y por el momento se encuentra en fase de ensayos para integrarse próximamente dentro del arsenal del país.
Zircón
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El pasado 1 de agosto, Vladimir Putin anunció durante el Desfile de la Marina celebrado en San Petersburgo.
Allí, que el misil hipersónico Zircón entraría en servicio en los próximos meses, aunque sin dar una fecha concreta.
En un discurso anterior, realizado en febrero de 2019, el mandatario detalló que el Zircón es capaz de volar a 9 veces la velocidad del sonido (11.000 km/h) y alcanzar objetivos a más de 1.000 kilómetros.
Estas características y especificaciones lo convierten en un misil muy complicado de detectar y derribar.
Los sistemas de protección aérea no pueden hacer frente a estas amenazas. Cuando detectan un misil hipersónico, es demasiado tarde como para reaccionar.
SS-19 Estilete
Uno de los misiles de lanzamiento desde silos más importantes que mantiene Rusia es el UR-100N, que la OTAN denominó SS-19 Estilete.
Se desarrolló durante la primera mitad de los 70, entró en servicio en 1975 y desde entonces se mantiene activo gracias a las diversas actualizaciones que ha ido incorporando.
Una de las particularidades del Estilete es que puede acarrear hasta 6 vehículos de reentrada diferentes con un motor direccional cada uno de ellos.
Esto le permite atacar a objetivos todavía más dispersos con una maniobrabilidad amplísima y a velocidades mayores.
Submarino K-329 Belgorod
Este aparato, conocido como el «Arma del Apocalipsis», tiene 184 metros de eslora y 15 metros de manga, y puede viajar hasta 60 kilómetros por hora bajo el agua.
Se estima que puede pasar 120 días sin regresar a la superficie.
Su arsenal está compuesto por el súper torpedo «Poseidón». Este proyectil mide 24 metros y tiene la capacidad de portar una cabeza nuclear de hasta cientos de toneladas.
Dicho torpedo nuclear fue diseñado para emitir poco calor y viajar de forma silenciosa, para evitar ser detectado por el sistema de alarmas de los Estados Unidos.
Los expertos temen las consecuencias de este armamento e indican que, tras desplazarse bajo el agua, al estrellarse contra la costa puede causar un tsunami radiactivo con olas de hasta 120 metros de altura.
¿Debemos estar preocupados?
La amenaza de las armas nucleares ha rondado el conflicto en Ucrania desde sus primeros días.
Putin ha sugerido su uso cuando ha estado a la defensiva, como después del fracaso de su plan inicial de febrero para derrocar a Kyiv.
Espera que la mención del poder devastador de estas armas intimide y disuada a sus oponentes.
A la población rusa le preocupa la movilización parcial y las propias afirmaciones de Putin de que la OTAN amenaza a su país.
Las armas nucleares es una forma de tranquilizar a la opinión interna al sugerir que, pese a las adversidades.
La doctrina militar rusa dice que las armas atómicas solo se utilizarán si el Estado ruso se ve amenazado.
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