Seguramente ya han visto alguna noticia al respecto, o quizá algún artículo que habla sobre el tema. Sin embargo, todavía muchos no entienden con detalle qué son los fidget spinners y por qué son tan populares.
Es catalogado como un juguete, aunque en esta era digital en la que vivimos eso parece inverosímil. Sin embargo, es una herramienta que ha estado presente por años (décadas incluso), pero recientemente saltó a la popularidad.
En su forma más popular, el spinner es un dispositivo con tres puntas y un centro sobre el que el juguete rota al ser sostenido con los dedos. La clave está en el uso de rodamientos (conocidos también como rolineras, balero o rodachos) que permite que este simple dispositivo gire a gran velocidad e incluso por varios minutos.
Si hoy parecen una moda, su origen está lejos del foco de atención que recibe hoy. Desde inicios de los años 90 existen patentes sobre dispositivos de este tipo. Catherine Hettinger es una de las catalogadas como pioneras de esta idea y ha dicho en el pasado que su intención era crear un juguete que permita a los niños liberar la energía de una manera sencilla.Sin embargo, un reporte de Bloomberg explica cómo el juguete actual poco tiene que ver con el invento de esta mujer
De ahí nació su potencial para tratar a niños con problemas de atención, e incluso ayuda a niños con autismo, estrés, ansiedad o depresión.
No sin polémica
Nadie parece saber qué disparó la actual atención que generan los spinners. Ha sido un efecto bola de nieve que se ha convertido en millones de dólares en ventas, en modelos “modernizados” con colores, luces o incluso que brillan en la oscuridad.
Los nuevos spinners se hacen no sólo de plástico, sino incluso de metal o incluso madera. Sus precios van desde $5 hasta incluso más de $200.
En YouTube varios vloggers muestran tutoriales de cómo hacer trucos con estos juguetes, generando millones de vistas y comentarios.
Al mismo tiempo, muchas escuelas en Canadá y Estados Unidos todavía no saben cómo lidiar con la situación. El reflejo ha sido prohibirlos por la distracción que han generado. Un reporte señala que 32% de las escuelas al sur de la frontera han prohibido estos juguetes.
Niños que intentan “acrobacias” con sus dispositivos en plena clase, o intentan maniobras con sus compañeros. Todo se ha convertido en un dolor de cabeza para algunos profesores.
Pero está el otro lado de la moneda. Cuando se indaga más algunos centros de educación han optado por incluso promoverlos.
La clave estará en poder conseguir un punto medio.
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