El general Gregorio Luperón nació en Puerto Plata un dia como hoy 8 de septiembre del 1839. Con todas las desventajas sociales de nacimiento y falta de protección económica, Luperón dio los primeros pasos de la vida. Niñez pasada en la calle, por necesidad inevitable de ayudar a su madre que le dedicaba a vender ‘piñatas’ en una banjera, como prolongación del negocio de ventorrillo con que ella sostenía su numerosa prole. Se llamaba Nicolasa Luperón. Mujer vigorosa, dueña de sí, que imponía a sus hijos la virtud del trabajo.
Apenas tenía catorce años cuando recibió de Don Pedro Eduardo Dulocq el encargo de dirigir los trabajos de corte de madera en Jamao. La casa de campo de Jamao poseía algo no común, que era una biblioteca con variedad de buenas obras. Las lecturas de Jamao le prendieron en el espíritu de la luz del ideal.
Tenía veintidós años cuando sucedió el eclipse de la soberanía, por el acto de la reincorporación a España el 18 de marzo de 1861, paso dado por la gente de autoridad política e intelectual en el país, y de primera intención el joven Luperón no comprendió el alcance de dicho acontecimiento. Fue arrestado un día por haber propinado unos palos a quien habló mal de los dominicanos, fugándose posteriormente. A los pocos días se embarcó por Haití para Norteamérica.
Con el ideal nacido de las buenas lecturas que practicó durante su vida, poníale a fermentar la más generosa porción del alma, creándole el incentivo de la ambición de la gloria. Siguió adelante, y tras no pocos tropiezos volvió de incógnito al territorio, desembarcando por Monte Cristy, pasó a Sabaneta, y tomó parte en el pronunciamiento del lugar el mes de febrero de 1863. Desplegó los mayores esfuerzos por extender el espíritu de rebelión.
Analysis gracias, a Danny Chevalier
[ Extraído de biblioteca municipal en Puerto Plata, RD ]
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