En República Dominicana, la Semana Santa se vive con una profunda reverencia religiosa, reflejando la rica tapestria cultural de la nación. Tradicionalmente, en las áreas rurales, se practicaba el mutismo durante horas, con la gente retirándose a lugares solitarios para meditar en silencio. Este periodo está marcado por prácticas y tradiciones que comienzan con la Cuaresma, incluyendo la abstinencia de carne los viernes y platos típicos como arroz blanco, guandules guisados, pescado y ensalada o bacalao.
Así la pasamos en Republica Dominiana; en muchas aglomeraciones eventos, alcohol y fiestas con una mezcla de ritos religiosos.
Video resumen.
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Jerusalén, un crisol de fe religiosa, ve converger a miles de fieles y peregrinos que participan en actividades sagradas durante la Semana Santa, cada uno buscando conexión y renovación espiritual en esta ciudad histórica.
En el Vaticano, el epicentro del catolicismo, la Semana Santa se celebra con gran pompa y solemnidad, destacando la misa dirigida por el Papa en la Plaza de San Pedro, un evento de profunda significación espiritual y comunitaria.
Perú fusiona las herencias católicas españolas con tradiciones indígenas, creando celebraciones únicas como los concursos de alfombras y arcos florales en Tarma, y el devoto culto al “Señor de los Temblores” en Cuzco, demostrando la interacción entre fe y cultura local.
Hungría celebra la Semana Santa con comidas especiales y la singular tradición del “Locsolkodás”, donde los hombres rocían agua a las mujeres, un gesto que se cree trae fertilidad, mostrando la sinergia entre las celebraciones religiosas y los ritos de fertilidad pre-cristianos.
En Ucrania, el festival anual de huevos de Pascua en Kiev es un testimonio de la rica artesanía y la importancia de las tradiciones pascales, donde los huevos decorados juegan un papel central en las festividades.
Washington, D.C., alberga el “Easter Egg Roll”, un evento que data de 1878, donde los niños participan en carreras de huevos pintados, destacando las costumbres pascales en el contexto estadounidense.
Alemania es el origen de la leyenda del “Osterhase”, el conejo de Pascua, que trae huevos y dulces a los niños, una tradición que se ha extendido por el mundo, simbolizando la alegría y la renovación de la primavera.
En República Checa, el “Pomlázka” es una práctica polémica que combina aspectos de salud, fertilidad y tradición, mientras que en Filipinas, la recreación de la crucifixión de Cristo refleja una devoción extrema y controversial.
Brasil, con su vasta población católica, celebra la Semana Santa con fervor y espectáculo, especialmente en Ouro Preto, donde las tradiciones coloniales portuguesas se mantienen vivas a través de procesiones y representaciones.
Cada una de estas celebraciones, desde la reflexión silenciosa hasta las festividades comunitarias, encarna la diversidad de prácticas y creencias que enriquecen la Semana Santa en todo el mundo, reflejando la intersección entre fe, tradición y cultura.
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