Aunque Canadá es un país fuerte en cuanto leyes que defienden los derechos humanos, también es un país que carga consigo una herencia de racismo.
Cuando hablamos de racismo tendemos a pensar que es un acto que se comete con las personas de piel negra o afroamericanos, pero en realidad es un termino mucho más amplio, este acoge el rechazo, maltrato o burla que se comete de manera intencional o involuntaria con personas de razas o etnias diferentes a la propia, y que tienen como base el creer que se es superior.
Según reportes de la policía de Canadá un 44 por ciento de los crímenes cometidos en el país corresponden a crímenes étnicos o raciales, y gran parte de estos es contra personas de piel negra.
Estos son los crímenes que se conocen y que llegan al punto de agresión física, pero hay muchos más ataques que se presentan día a día y que las noticias o los medios no muestran porque no tienen mayor impacto o importancia, lo que no quiere decir que no afecten o desaparezcan sin causar algún daño.
Las personas de razas diferentes a la blanca, especialmente los afroamericanos sufren de abusos como sueldos inferiores, puestos de trabajo con menor grado jerárquico, lo que hace pensar que son menospreciados y día a día subestimados por la sociedad.
Otra parte del problema es que muchas personas,de hecho un 50%, confiesan tener pensamientos racistas, y a su vez, no consideran que esto sea un problema, lo que hace que no pueda ser erradicado y se continúe implantando este pensamiento en nuevas generaciones y en lo que aceptamos como “normal y bueno” o “diferente y malo”.
Una posible solución o que podría ayudar a que este problema algún día desparezca, es que las personas comencemos a ser conscientes de si somos parte de aquellos que contribuyen a cometer este tipo abusos pensando que es normal o que “así es como debe ser”. Después de analizar esto, rechazar y denunciar toda acción que promueva el odio basado en el color de piel o las creencias que alguien posea.
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