El histórico miembro del salón de la fama de la MLB falleció a los 93 años de edad a causa de un paro cardiopulmonar
El mundo del beisbol está de luto. Tommy Lasorda, ex mánager de Los Angeles Dodgers, murió a los 93 años de edad. Además de ser un mítico elemento del equipo angelino, fue mentor de uno de los mejores peloteros de la institución, el mexicano Fernando “Toro” Valenzuela.
Su deceso fue la noche del jueves 7 de enero a causa de un paro cardiopulmonar en su casa. Aunque fue trasladado a un hospital para su atención, murió en el nosocomio a las 22:57 horas. La noticia fue confirmada por el equipo a través de su cuenta de Twitter, en la cual destacó las siete décadas que pasó en la organización, donde se convirtió en una de las personalidades más importantes de la historia del béisbol.
La carrera de Lasorda, quien nació el 22 de septiembre de 1927, comenzó como un lanzador a los 18 años, pero “no tenía mucha habilidad”, reconoció en 1997. Posteriormente se convirtió en cazatalentos y luego construyó una carrera como mánager de los Dodgers a partir de 1976, puesto en el que consiguió un par de campeonatos de la Serie Mundial, en 1981 y en 1988.
Tras 20 temporadas se retiró como mánager de los Dodgers en 1996, pero al siguiente año fue incluido en el Salón de la Fama de la MLB y su número 2 fue retirado del equipo para que nadie más lo usara. Además, nunca se desligó por completo del deporte. En el 2000 condujo al seleccionado estadounidense a la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sidney en los cuales vencieron al conjunto cubano.
A lo largo de su vida recibió numerosos reconocimientos. En 2008, por ejemplo, recibió la Orden del Sol Naciente, Rayos de Oro con Roseta de parte del embajador de Japón, mientras que en 2009, su retrato se colgó en la Galería Nacional de Retratos del Instituto Smithsonian.
En noviembre, los Dodgers dieron a conocer que el ex entrenador había sido dado de alta del hospital después de haber padecido un grave episodio de una enfermedad no revelada. A pesar de ello, señalaron que se encontraba “descansando cómodamente” en su casa en el condado de Orange, California.
“Tommy Lasorda fue uno de los mejores entrenadores que nuestro juego haya conocido. Amaba la vida como Dodger (…) Su pasión, éxito, carisma y sentido del humor lo convirtieron en una celebridad internacional, una estatura que utilizó para hacer crecer nuestro deporte. Tommy hizo del béisbol un juego más fuerte, diverso y mejor”, comentó el comisionado Rob Manfred.
Si bien como jugador no tuvo un papel destacado, como mánager alcanzó una fama y fortuna en el béisbol que ni siquiera él había esperado. Desde sus participaciones en la Liga de Novatos aprendió a pulir sus habilidades de motivación, las cuales fueron fundamentales para enseñar a los talentos en bruto a cómo jugar y ganar.
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