Los carriles para bicicletas instalados para el programa ActiveTO serán revisados por el ayuntamiento el próximo año.
Las calles llenas de ciclistas y peatones en lugar de automóviles se han convertido en un espectáculo común en Toronto durante la pandemia de COVID-19, pero hay preguntas sin respuesta sobre el destino de la nueva y muy ampliada red de bicicletas de la ciudad.
Esta primavera, la ciudad comenzó a instalar rápidamente aproximadamente 40 kilómetros de nuevos carriles para bicicletas y cierres temporales de carreteras, incluso en áreas de alto tráfico como Dundas Street East, Bloor Street y University Avenue, como parte de su programa ActiveTO.
Los primeros indicadores sugieren que el programa ha sido un éxito rotundo. A fines de mayo, la ciudad contaba con más de 30,000 ciclistas y 10,000 peatones en zonas seleccionadas de ActiveTO, aunque aún no ha realizado un segundo estudio de uso.
“Hemos visto una respuesta asombrosa de la gente de Toronto”, dijo Tamara Nahal, gerente de participación comunitaria del grupo de defensa Cycle Toronto.
“Vemos incluso más personas que andan en bicicleta para comprar alimentos o hacer mandados de una manera que se siente segura y también un poco divertida”.
Si bien las estadísticas preliminares y la evidencia anecdótica sugieren que el programa ha sido adoptado por miles de residentes, la nueva infraestructura es técnicamente solo temporal y debe ser revisada por el ayuntamiento en algún momento de 2021.
Los defensores tanto a favor como en contra de la ampliación de los carriles para bicicletas ya han comenzado a preparar sus argumentos.
‘Es adecuado para la ciudad’
Ciclistas como Nahal y Najia Zewari, cofundadora de la Women’s Cycling Network, ven el éxito de ActiveTO como una señal de un impulso creciente en su impulso por una infraestructura ciclista ampliada y mejorada.
De hecho, ambos grupos no solo están pidiendo que los cambios de ActiveTO se hagan permanentes, sino también que se realicen más expansiones en los suburbios interiores de Toronto y áreas como Thorncliffe Park y Flemingdon Park, donde vive Zewari.
“Hay muchas personas, incluidas mujeres y niños, que se desplazan en bicicleta y siento que no hay suficiente espacio”, dijo Zewari.
Nahal dijo que Cycle Toronto ha tenido noticias de muchos residentes que han comenzado a andar en bicicleta por primera vez gracias a los nuevos carriles. Su grupo planea compilar algunas de esas historias a medida que construye su caso para mantener la red en su lugar más allá de 2021.
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