Mientras que en Estados Unidos las manifestaciones denunciando la violencia policial y el racismo han llegado hasta las puertas de la Casa Blanca, sacudiendo al país entero y obligando al presidente Trump a buscar refugio en un búnker, en Canadá distintas ciudades del país fueron escenario de marchas que también denuncian el racismo en el país.
Estas manifestaciones se producen tras la muerte del afro-estadounidense George Floyd, quien murió el pasado 25 de mayo en la ciudad de Minneapolis después de que el policía blanco Derek Chauvin le aplastó el cuello con la rodilla durante casi nueve minutos mientras el detenido rogaba “¡Por favor!, ¡no puedo respirar!”
El sábado en el centro de la ciudad de Toronto miles de personas participaron en una manifestación protestando contra el racismo en todo el mundo y exigiendo respuestas tras la muerte de Regis Korchinski-Paquet, una joven afro-canadiense de 29 años que murió durante una intervención policial cayendo del balcón de un apartamento en el barrio High Park de Toronto el pasado 27 de mayo.
Esta manifestación fue organizada por un grupo llamado Not Another Black Life, Ni una vida negra más. En Toronto, la gente cantaba consignas como «ni una vida negra más», «hay que abolir la policía» y «sin justicia, no hay paz» mientras recorrían las calles del centro de la ciudad, llevando máscaras puestas para evitar la propagación de la pandemia causada por el virus del Covid-19.
En una declaración publicada el sábado, la abogada Knia Singh, quien representa a la familia de Korchinski-Paquet, dijo que ellos no organizaron ni planificaron la protesta. La familia dijo que agradecía a los organizadores por llamar la atención sobre un «asunto muy serio», añadiendo que no quieren ver actos violencia, y que sólo buscan saber cómo y por qué murió la joven que cayó desde un vigésimo cuarto piso en Toronto.
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