El presidente Trump es impredecible. En cualquier momento de la noche puede enviar un tuit diciendo que quiere comer pizza o anunciando que cierra las puertas a la inmigración.
Lo acaba de hacer.
«Para proteger a los trabajadores estadounidenses, emitiré una suspensión temporal de la inmigración a los Estados Unidos».
Canadá asegura que no seguirá sus pasos.
Hoy mismo, el Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Marco E. Mendicino hizo una declaración contundente:
«Los inmigrantes, los trabajadores extranjeros temporales y los estudiantes internacionales están haciendo importantes contribuciones como trabajadores de primera línea en la atención de la salud y otros sectores de servicios esenciales. Conocemos y valoramos sus esfuerzos y sacrificios para mantener a los canadienses sanos y asegurar la entrega de bienes y servicios críticos».
Pero hay un temor de que esa medida dispuesta por el presidente estadounidense pueda afectar a algunos miles de canadienses que están tramitando la residencia permanente en Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció esta semana que durante dos meses frenará la emisión de las tan buscadas tarjetas verdes de inmigración con el objetivo de proteger los empleos para los estadounidenses en momentos difíciles para la economía causados por la pandemia de COVID-19.
El anuncio de una decisión de esta naturaleza hubiera causado un tsunami dentro y fuera del país, pero la realidad es que el sistema de migración ya está bastante paralizado desde el inicio de la pandemia, dicen analistas. Ya sea que Trump puso un término a la solicitud de asilo en su frontera y luego al reasentamiento de refugiados, (tercer país seguro) además de ordenar la expulsión de niños indocumentados.
En marzo, el gobierno estadounidense sacó de la galera una ley antigua y muy raramente utilizada, de 1944, para cerrar las puertas al asilo. Esa ley fue sancionada solo para prevenir la propagación de enfermedades transmisibles.
Y el presidente Trump tal vez no ha terminado con sus tuits.
Algunos expertos creen que podría ir más lejos aún y prohibir en gran parte el ingreso al país de los trabajadores temporales extranjeros que lo hacen a través de la llamada Visa H-2B. Muchos de ellos provienen de México.
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