El pandillero que habría ordenado el brutal asesinato del estudiante dominicano Lesandro Guzmán Feliz (Junior), el 20 de junio de 2018, en una bodega de El Bronx, ahora es un cooperador de los fiscales en la Corte Suprema de ese condado, donde se ventila el caso y está soltando informaciones como un delator de sus compañeros de Los Trinitarios y sobre el crimen.
El tabloide NY Daily News, dijo que el pandillero, conocido también como “El Jefe” y “La Cabeza”, negoció con los fiscales a cambio de una sentencia benévola, pero no está claro si el acuerdo, ha sido comunicado a los padres, que mantienen una posición firme y radical para que se haga justicia.
La policía lo sindicó como el líder de la pandilla y aunque no ha sido identificado por su nombre, se trataría de Diego Suero.
Los fiscales dijeron que ahora es un testigo cooperador, con la policía delatando a los acusados de uno de los asesinatos más impactantes en la historia reciente de la ciudad.
El detective de homicidios de El Bronx Oscar Rosa, durante el testimonio preventivo ayer lunes, dijo que entrevistó al “testigo C” poco después del 20 de junio de 2018, día del asesinato. Así es como él aprendió que el acusado José Muñiz, usó un machete que utilizó para darle un machetazo en la garganta a Junior.
El testigo C había identificado a los cinco acusados en las fotografías, a quienes escondió en su apartamento en un edificio de la calle Boston Road en el Bronx antes y después del asesinato de Junior.
Según el detective Rosa, el testigo C le dijo que el acusado Elvin García había buscado su consejo después del asesinato de qué hacer acerca de una lesión en la mano sufrida durante el ataque. El testigo le dijo que tenía que ir a un hospital.
Rosa también testificó sobre lo que le dijo García en una sala de interrogatorio en el cuartel 48, el 26 de junio de 2018.
“Tuve una breve conversación con el señor García”, dijo. “Él mencionó a otros en un momento dado, pero me dijo que si hablaba, lo iban a matar, y que no sabía si quería hablar conmigo”, añadió el detective.
La madre angustiada de Junior, Leandra Guzmán Feliz, miraba a dos detectives que ofrecieron detalles sobre las pruebas del asesinato. Pero ella comenzó a llorar después que uno de los acusados se dio la vuelta e hizo una mueca.
“Es repugnante”, dijo Jennifer Weisel, una portavoz de la familia.
“El hecho de que uno de ellos se diera la vuelta y sacó la lengua hacia fuera contra ella, es absolutamente vergonzoso. Se dio la vuelta, sonrió y le sacó la lengua. Ella está más que molesta, salió llorando histéricamente”.
Junior, fue arrastrado por un grupo de pandilleros trinitarios de la bodega situada en la avenida Bathgate cerca de la calle 183 Este en el vecindario de Tremont, donde fue apuñalado y zanjado en el cuello con el machete, en una acera en lo que la policía y los fiscales creen que fue un caso de identidad equivocada.
El adolescente trató de llegar, herido de muerte, al hospital Saint Barnabas pero se desplomó en la acera antes de morir.
Las autoridades creen que los sospechosos tenían como objetivo a un miembro de una banda rival, que habrían confundido con Junior.
Su muerte atrajo la atención nacional después que el video fue publicado.
El hashtag #JusticeForJunior (Juticia para Junior), se hizo viral, y poner un centro de atención nacional sobre la violencia de las pandillas.
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