El papa Francisco reconoció el sábado que el Vaticano tiene un retraso en el proceso de 2.000 casos de abuso sexual cometido por sacerdotes y dijo que las críticas ante las demoras están justificadas, pero añadió que se está añadiendo más personal e insistió en que la Santa Sede va “por buen camino”.
El pontífice comentó por primera vez respecto a las críticas en torno al manejo que el Vaticano le ha dado a los casos de abuso sexual efectuadas por Marie Collins, una irlandesa sobreviviente de abusos que en marzo renunció a la comisión de asesoría sobre este tema establecida por Francisco.
Collins dejó el cargo debido a lo que definió como el “inaceptable” nivel de resistencia al interior del Vaticano para implementar las propuestas de la comisión con el fin de atender mejor a las víctimas y proteger a los niños de los sacerdotes que los violan y los tocan.
En una conversación con los periodistas en el vuelo de regreso a Roma desde Portugal, Francisco dijo que Collins es una “gran mujer” e indicó que tenía “un poco de razón” al quejarse sobre la lentitud en el procesamiento de los casos.
“Marie Collins tenía razón en ese aspecto. Pero vamos por buen camino, ya que teníamos un retraso de 2.000 casos”, reconoció.
Francisco no respondió a las otras quejas que presentó Collins, incluido el rechazo por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe – que maneja los casos de abuso – para crear un tribunal que juzgue a los obispos que encubrieron a sacerdotes pedófilos.
Más bien el papa se enfocó en explicar la razón por la que los casos toman tanto tiempo en procesarse.
Para mejorar la eficiencia, dijo que añadió más personal a la congregación y que se llevan a cabo conversaciones sobre la manera de proporcionar más ayuda regional a los obispos con el fin de garantizar que sus casos estén documentados de manera apropiada antes de que lleguen al Vaticano para su revisión.
Negó haber accedido a una solicitud de clemencia por parte de un sacerdote pedófilo, e indicó que una vez que la Congregación confirma la sentencia tras una apelación “el caso ha terminado”.
Francisco ha sido objeto de críticas por parte de sobrevivientes de abusos sexuales y de activistas que los defienden por el manejo que ha dado a la crisis.
Recibió elogios por la creación de la comisión asesora y por prometer que habría “tolerancia cero” al abuso. Pero su consejo de asesores ha perdido credibilidad tras la salida de Collins y por su incapacidad para implementar recomendaciones clave que incluso Francisco había aprobado.
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