OTTAWA.- Para los expertos en salud de Canadá y muchas partes del mundo, reducir el consumo de bebidas endulzadas con azúcar será determínate para lucha contra los problemas de obesidad, y la mejor manera de hacerlo es subirle el impuesto a los productos azucarados, especialmente a las bebidas, que llegan muy fácilmente a niños y adultos, por su bajo valor, y lo peor en algunos casos generan dependencia.
La propuesta ha sido respaldada por varias organizaciones canadienses, como la Heart and Stroke Foundation, la Asociación Canadiense de Diabetes y la Coalición de Quebec sobre problemas de peso, entre otros, pero además hay varios pronunciamientos que piden al Gobierno algún tipo de control al consumo de bebidas azucaradas y comidas rápidas en las escuelas y colegios del país, para enfrentar los problemas de obesidad. Algunas medidas ya se han tomado, como la de prohibir la venta de comida chatarra en los centros educativos, pero aún falta mucho según los expertos en salud.
La Organización Mundial de la Salud OMS, ha dicho que el consumo de azúcar y grasas está generando una epidemia mundial de obesidad, pero también hay otros factores como el sedentarismo, por ello se está buscando planes y mayores controles en las cafeterías de escuelas y colegios. El organismo ha dicho que las bebidas azucaradas deben tener sólo el cinco por ciento en endulzantes del total de calorías del producto. Una sola lata de refresco contiene hasta 40 gramos, 10 cucharaditas de azúcar, algo más de lo que necesita el cuerpo de una persona en un solo día.
Con mayores impuestos se busca que los productores disminuyan el azúcar en las bebidas, o que las personas no les sea muy fácil comprarlas. El nuevo impuesto se le aplicaría a los refrescos, bebidas energéticas y leche endulzada, pero no se incluirían refrescos de frutas. En México, las autoridades sanitarias ya han impulsado un impuesto del 10 por ciento a las bebidas azucaradas. Se inició en 2012 – un año después, hubo una reducción del 12 por ciento en las ventas, los investigadores sugirieron que el consumo sigue bajando.
Con la medida se buscaría que los consumidores piensen dos veces antes de tomar algunos de los refrescos que se consiguen por todas partes, para las industrias, sería la forma de obligarlas a bajar la cantidad de azúcar en sus productos de parte de los fabricantes, pero los empresarios estiman que se perderían muchos empleos si bajan las ventas, porque al bajar el azúcar disminuye el consumo.
Los dietistas están pidiendo un impuesto hasta del 20 por ciento, en los productos que se venden en las tiendas, porque esto va impedir que los niños las puedan comprar tan fácilmente, pero aclaran que la medida por sí sola no sirve, si realmente el Gobierno no desarrolla una verdadera estrategia para luchar contra la obesidad y buscar que los canadienses tengan hábitos de alimentación mucho más sanos, algo que se debe empezar en las escuelas, colegios, guarderías y centros recreativos que deben suministrar a los niños productos más saludables.
Para los dietistas del país, es claro que el control no solo debe ser a las bebidas azucaras, también piden regulaciones similares para las comidas rápidas, especialmente las que se le venden a los niños.
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