Rosaura Almonte Hernández tenía 16 años cuando murió y han pasado tres desde entonces. La causa fue una leucemia que no pudo ser tratada con quimioterapia porque la ley de República Dominicana se lo prohibía al estar embarazada.
Los médicos le indicaron a su madre, Rosa Hernández, que no debían afectar el embrión de siete semanas que llevaba en su interior, puesto que en aquel país el
aborto se encuentra prohibido en todas sus formas.
“Desde España, se lo digo al mundo entero: si en República Dominican
a el aborto fuera legal, mi hija estaría viva”, expresó Hernández durante una entrevista brindada a El Mundo.
Fue una dura agonía la de Rosaura, que llegó a movilizar a todo el país y activó el debate del aborto. En diciembre de 2014 el Congreso aprobó un nuevo Código Penal que incluía como excepciones a la penalización del aborto tres supuestos: malformación fetal, peligro para la salud de la madre o violación.
Sin embargo, Rosa Hernández expresó su indignación ante la decisión del
Tribunal Constitucional dominicano de avalar las demandas de grupos conservadores para que la
prohibición sobre el aborto vuelva a ser total.
“Se llaman provida, pero eso no quiere decir que puedan pisar los derechos humanos de las personas. La vida de mi hija no valió nada, sólo pensaron en el embarazo. Jamás nos escucharon. Voy a insistir en la justicia. No voy a parar hasta que esto no le pase a ninguna otra mujer”, anunció la mujer.
Luego de la muerte de su hija, Rosa Hernández demandó al Estado y posteriormente ha recurrido a Amnistía Internacional, que incluirá su caso en el próximo informe que elabore
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Rosa con su hija
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Rosa desde su residenciaen españa