El destacado teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la Teología de la Liberación, ha fallecido a los 94 años, dejando un legado significativo tanto en el ámbito religioso como en el social y político de América Latina. Gutiérrez fue una figura central en la historia reciente del pensamiento cristiano, reconocido por su profunda influencia en el desarrollo de una teología comprometida con los pobres y con la justicia social.
Nacido en Lima en 1928, Gutiérrez se formó como sacerdote en la Orden de los Dominicos y dedicó gran parte de su vida al trabajo pastoral y al desarrollo de una reflexión teológica que respondiera a las realidades de desigualdad y opresión vividas por millones de personas en América Latina. Su obra cumbre, *Teología de la Liberación: Perspectivas*, publicada en 1971, marcó un antes y un después en la reflexión teológica al situar el compromiso con los pobres en el centro del mensaje cristiano.
La Teología de la Liberación, fundada por Gutiérrez, propuso una nueva lectura del Evangelio, que implicaba un compromiso activo contra la pobreza y la injusticia estructural. Su enfoque, basado en la opción preferencial por los pobres, inspiró a muchos otros teólogos, sacerdotes, y laicos, así como movimientos sociales que luchaban contra las dictaduras y la explotación en América Latina durante las décadas de 1970 y 1980.
Gutiérrez también fue un prolífico escritor y académico, y sus obras se tradujeron a múltiples idiomas, contribuyendo al diálogo entre la Iglesia Católica y las ciencias sociales. Durante su vida, recibió numerosos reconocimientos internacionales, incluyendo el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2003, en honor a su contribución a la reflexión ética y social en el contexto latinoamericano.
La vida de Gustavo Gutiérrez no estuvo exenta de controversias. Su compromiso con los pobres y su postura crítica hacia las estructuras de poder lo llevaron a ser mirado con recelo por algunos sectores conservadores dentro de la Iglesia Católica. Durante las décadas de 1980 y 1990, la Teología de la Liberación fue objeto de críticas y sospechas, especialmente por parte de ciertos líderes eclesiásticos en el Vaticano que la veían demasiado alineada con el marxismo. Sin embargo, en los últimos años, bajo el papado del Papa Francisco, la Teología de la Liberación y Gutiérrez recibieron un renovado reconocimiento. El propio Papa Francisco, también comprometido con la justicia social, tuvo gestos de apoyo hacia Gutiérrez y su trabajo.
Gutiérrez dedicó sus últimos años a la reflexión y la enseñanza, sirviendo como profesor invitado en varias universidades alrededor del mundo, y compartiendo su mensaje de esperanza y compromiso con la justicia. Su partida deja un gran vacío, pero su pensamiento y legado seguirán siendo una fuente de inspiración para todos aquellos que buscan un mundo más justo y solidario.
Con la muerte de Gustavo Gutiérrez, el mundo pierde a un referente de la lucha por la justicia social desde la fe cristiana, y su influencia perdurará en los movimientos y personas que se esfuerzan por construir una sociedad donde la dignidad humana sea el centro de todas las acciones.
Recibe semanalmente las informaciones más importantes de nuestra comunidad