Sus edades no superaban los 25 años. Franz Canazas Cahuaya (20), Elvis Pari Quizo (20), Alex Quispe Serrano (24), Carlos Quispe Montalico (22), Elías Lupaca Inquilla (19) y Percy Castillo Pongo (19) tenían en común dos cosas: la vocación de servicio a su patria y el agrado de vestir el uniforme del Ejército del Perú. Tenían sueños de cosechar éxitos militares, pero su vida se apagó el pasado domingo 5 de marzo, en el río Ilave, en la región Puno.
Mientras los altos mandos del Ejército peruano culpan a “violentos manifestantes” de la muerte de estos jóvenes, asegurando que los acorralaron hasta meterlos al río, los padres de las víctimas tienen la certeza que la orden del capitán Josué Frisancho Lazo fue la que terminó por empujarlos a una muerte segura.
“El capitán Frisancho les ha hecho cruzar el río. Por su culpa de ese militar ahora los soldados han muerto. No sabían nadar, por eso se han muerto. Al aire ha disparado. ‘¡Pasén, perros de mierda!’, había gritado, por eso los soldaditos han cruzado. Ahora pido justicia”, dijo la madre del cabo Quispe Montalico, quien tiene el corazón hecho trizas.
Así como ella, los padres de los otros soldados también lloran la pérdida de sus hijos. Saben que nunca más los volverán a ver y solo quieren dejar de sentir ese sentimiento de rabia en el pecho, viendo que el o los responsables del hecho paguen penalmente su culpa.
El dolor de los deudos lo comparte toda la población de Puno, región donde se ha sentido las movilizaciones antigubernamentales con mayor fuerza, al punto que se registraron -en enero de este año- casi una veintena de muertos en un solo día por la represión de las fuerzas del orden.
Información preliminar apunta a que las Fuerzas Armadas enviaron tropas en helicóptero y a pie, desde el distrito de Ilave (El Collao) hacia la localidad de Juli, en la provincia de Chucuito, Puno, donde se reportó el incendio de una dependencia policial y una sede judicial y casi una treintena de heridos, entre civiles y uniformados.
Una parte de los refuerzos llegaron, pero la tropa que iba a pie tuvo serias complicaciones en su ruta, pues por la geografía de la zona tuvieron muchas dificultades. En un primer momento, trascendió que los soldados habrían sido perseguidos por manifestantes, pero videos compartidos en redes sociales y un corresponsal de La República desmentirían esto.
Se supo que al llegar a la zona del puente Internacional de Ilave, la tropa no podía seguir desplazándose, porque encontró la estructura bloqueada por la población protestante. Entonces, el capitán al mando habría ordenado a los soldados formar una cadena humana para lograr cruzar el río. La tragedia se asomó, cuando se soltaron las manos por la presión de la corriente y fallecieron ahogados.
De acuerdo medios locales, los superiores habrían dado la orden de ingresar al río, de una considerable profundidad, pese a que “algunos soldados no sabían nadar”.
Testigos revelaron que los mismos comuneros de Ilave intentaron rescatar a los soldados y lograron sacar a algunos de ellos. Pero, según altos mandos militares, esto sería cierto, pero habría ocurrido luego que “los atacaran con palos y piedras”.
El jefe de la Región Militar Sur, Jhony León Rabanal, informó que los manifestantes atacaron una patrulla, cuando se encontraban cruzando el río de Ilave. Rechazó tajantemente que un capitán haya dado la orden a la que se refieren los padres.
“Hemos trasladado 500 hombres y se trasladará personal especialista. El Ejército lamenta profundamente la muerte de nuestros soldados hermanos. La bandera está a media asta. Hacemos un llamado a los pobladores de Puno a que sean conscientes, porque eso es un asesinato”, dijo a canal N.
Recibe semanalmente las informaciones más importantes de nuestra comunidad