Dos tercios del tejado han sido destruidos, aunque las torres han quedado a salvo. “Reconstruiremos Notre Dame porque es lo que los franceses esperan”, asegura Macron.
Eran las 18:50 horas cuando prendió el fuego que arrasaría nueve siglos de historia. Un lunes negro para los parisinos y para los amantes del arte, que han sido testigos de cómo el incendio ha ido devorando uno de los máximos exponentes góticos del mundo. En poco más de tres horas, la catedral de Notre Dame de París se ha convertido en pasto de las llamas, que han derrumbado la aguja central, también conocida como La Flecha, dos tercios del techo y que han puesto en peligro la estructura de la catedral. Las torres han quedado a salvo.
El ministro del interior, Christophe Castaner, daba la terrible noticia poco más de de tres horas después de que arrancase el fuego, cuando anunció su temor a que los bomberos no pudiesen salvar nada del edificio levantado entre 1163 y 1345. Los pronósticos, por fortuna, no se cumplieron y los equipos de emergencias afirmaron ya entrada la noche que la estructura del templo había sido salvada. “Reconstruiremos Notre Dame porque es lo que los franceses esperan, lo que nuestra Historia merece”, ha subrayado el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
El pánico y el miedo por su integridad se habían extendido por doquier sólo una hora después de que las llamas empezasen a surgir de las entrañas de la catedral. La espectacular caída de La Flecha, hacia la izquierda del transepto, hizo que el fuego se propagase por el interior del templo.
por Margarita Lázaro
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