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California quiere usar dinero del Medicaid para viviendas
SACRAMENTO, California, EE.UU. (AP) — Al comenzar el 2022, Thomas Marshall pesaba unos 140 kilos (310 libras). Había sido hospitalizado 10 veces en cinco años, lo que incluyó seis cirugías. Tenía una herida abierta en su pierna izquierda que no cicatrizaba, y se veía agravada por vivir en una casa sucia y mohosa con otras cinco personas, dos serpientes pitón real, cuatro perros chihuahua y una jaula llena de ratas.
Más de un año después, Marshall, de 64 años, ha adelgazado casi 45 kilos (100 libras). Su herida ya cicatrizó. Su presión arterial volvió a niveles normales. Su pie, que tenía daño neurológico, ha mejorado al grado que ahora suele dar caminatas con regularidad en el parque.
Gran cantidad de factores han tenido qué ver en la drástica recuperación de Marshall, pero el que él considera el más importante es el haber podido tener una vivienda estable finalmente, después de que el organismo sin fines de lucro Sacramento Covered lo ayudó a obtener un apartamento de una habitación y 46 metros cuadrados (500 pies cuadrados) en un edificio del centro de Sacramento. Tiene pisos de maderas nobles, gabinetes de pino blanco y un frasco de cristal sobre la barra de la cocina lleno de caramelos.
“Para mí son los 500 pies cuadrados más importantes que he tenido en mi vida”, declaró. “Vivir aquí ha mejorado mi bienestar en todas las formas posibles”.
La historia de Marshall forma parte de un replanteamiento radical de la relación entre la vivienda y la asistencia médica en Estados Unidos. Durante décadas, Medicaid, el programa de seguro médico para personas con discapacidades o bajos ingresos administrado conjuntamente por los estados y el gobierno federal, sólo pagaba gastos médicos. Pero el año pasado el gobierno del presidente Joe Biden le autorizó a Arizona utilizar el dinero del Medicaid para vivienda, un reconocimiento a abundantes investigaciones que muestran que las personas que tienen un hogar estable son más saludables.
Ahora California desea actuar en forma similar a dichos estados, basándose en el éxito de programas como el que le consiguió una vivienda a Marshall. El gobernador Gavin Newsom ha propuesto gastar más de 100 millones de dólares al año en el programa Medicaid del estado con el fin de pagar una vivienda hasta por seis meses para personas que viven en la calle o corren peligro de quedarse sin casa; están saliendo de prisión o de un hogar adoptivo, o están en riesgo de ser hospitalizadas o de ir a parar a una sala de urgencias.
Sería la mayor puesta a prueba hasta la fecha del uso del dinero del Medicaid para vivienda. California tiene el programa de Medicaid más grande de Estados Unidos, con más de 13 millones de pacientes, aproximadamente una tercera parte de la población del estado. Y también tiene una tercera parte de los desamparados de la nación, según datos federales.
“Es un paso enorme para derribar las barreras que se han interpuesto en el camino a cuidar a la persona completa, en lugar de miembro por miembro y enfermedad por enfermedad”, dijo Anthony Wright, director ejecutivo de Health Access California, un grupo que aboga por los consumidores.
Sería también un paso caro. Se prevé que California tenga un déficit presupuestal de 22.500 millones de dólares este año, y podría ampliarse aún más en los años por venir. Mientras tanto, se prevé que los gastos del estado en el Medicaid se incrementen en 2.500 millones de dólares durante los próximos tres años, según la Oficina del Analista Legislativo, un grupo apartidista.
“Lo que estamos haciendo realmente es ampliar el estado de asistencia social, que se va a convertir en un enorme problema financiero”, dijo Wayne Winegarden, miembro del Pacific Research Institute, un grupo que aboga por las políticas de libre mercado.
California experimentó con el uso de dinero del Medicaid para algunos gastos relacionados con vivienda en 2016 cuando lanzó un programa piloto en 26 condados. Aunque el Medicaid no pagó el alquiler, si pagó cosas como depósitos en garantía y muebles.
En el caso de Marshall, él paga su propia renta, utilizando una parte de los 1.153 dólares mensuales que recibe de la Seguridad Social y del Ingreso Suplementario de Seguridad. Pero el Medicaid pagó su depósito en garantía, su cama, sofá, mesa, sillas y casi 13 litros (3,5 galones) de Pine Sol, un limpiador para el hogar. Marshall dijo que el mantener limpio su apartamento es algo que le ayudó a que la herida de su pierna cicatrizara finalmente.
A lo largo de cinco años el programa ha reducido estancias caras en hospitales e ingresos a salas de emergencia para personas inscritas en el Medicaid, lo que le ha ahorrado a los contribuyentes un promedio de 383 dólares por paciente al año, según un análisis de investigadores de la Universidad de California, campus Los Ángeles.
Ahora California quiere ir más allá al utilizar dinero del Medicaid para pagar directamente el alquiler de algunas personas. El asambleísta demócrata Joaquin Arambula, que preside la subcomisión presupuestal que examinará la propuesta de Newsom, dijo que los legisladores se muestran favorables. Arambula pasó una década como médico en una sala de urgencias.
“Me volví muy hábil para extraer cucarachas de los oídos de las personas”, dijo Arambula. “Las condiciones de vida de muchas de nuestras comunidades, especialmente de nuestras comunidades rurales, realmente pueden afectar la capacidad de una persona para dormir adecuadamente, para estar preparada para el día siguiente y para mantenerse saludable”.
Los activistas por las personas sin hogar dicen ver con buenos ojos esos programas, pero consideran que gastar más dinero en el pago de alquileres no es suficiente, y hacen notar que el estado aún tiene un déficit enorme de vivienda asequible.
Kelly Bennet, fundadora y directora general de Sacramento Covered, dijo que durante el primer experimento de California con el uso de dinero del Medicaid para servicios de vivienda, con frecuencia a los trabajadores les llevaba hasta ocho meses el poder colocar a un paciente en un apartamento. En algunos casos, la gente ha aguardado durante años para hallar un lugar donde vivir.
“Incluso cuando tienes el dinero para el depósito y cuentas con algo de subsidio para la renta, sigue siendo muy, muy desafiante hallar unidades, y encontrar unidades donde los propietarios le renten a nuestros clientes”, señaló Bennett.
Marshall dijo que creció en Sacramento y obtuvo un título en tecnología dietética y artes culinarias. Pero una adicción de 30 años a la metanfetamina hizo que fuera a dar a las calles desde fines de la década de 1990 hasta aproximadamente 2006. Acampó en un antiguo relleno sanitario, y con frecuencia comía sobras que dejaba la gente que había ido de día de campo a un parque cercano.
Se inscribió para obtener un apartamento en diversos edificios de vivienda subsidiados, pero nunca logró avanzar más allá de la lista de espera. Le llevó aproximadamente un año obtener su apartamento actual, donde paga 186 dólares al mes con ayuda de un subsidio.
“Me siento muy emocionado… tengo el poder y la capacidad para hacer cosas que no pude hacer por mucho tiempo”, dijo Marshall. “Los años que me queden, sean los que sean, voy a pasarlos aquí arriba en la torre de cristal”.